viernes, 9 de septiembre de 2011

Cambiar para sobrevivir

Si algo podemos afirmar, basados en la frase del célebre Arthur Schopenhauer es que: “El cambio es la única cosa inmutable”

Vivimos en una especie de vorágine, de cambio constante y es necesario por una parte adaptarnos a esta situación, pero quizás al igual que hace la medicina sea importante prevenir los cambios que se avecinan y más aún… “generar cambios”, como verdaderos artífices de nuestro destino.

Las empresas que no se entregan a esta necesidad de ser flexibles, de adaptarse o de crear las condiciones para avanzar haciendo los cambios necesarios, basadas en su propio historial, frecuentemente se enfrentan a serios problemas, que ponen en peligro su continuidad.

Pareciera desprenderse de estos conceptos la idea de que el cambio es la clave de la permanencia y estoy convencida que de eso se trata: cambiar para persistir.
Ninguna empresa puede cambiar si no cambian sus directivos.
Dice Marc Thiebaud: “En el cambio necesitamos directivos que se transformen y se movilicen más que administrativos de la conformidad”
La gestión del cambio es en realidad la gestión de las emociones, comienza por ser un proceso personal y de allí trasciende hacia lo grupal, creando una realidad empresarial rica en emociones diversas, que irán apareciendo en las múltiples fases del proceso.

Víctor Frankl, célebre y respetado psicoanalista, sobreviviente de un campo de concentración nazi, nos dice que: “Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos.”
En esta frase se está refiriendo a su traumática experiencia en Auschwitz, si él pudo llenar de sentido su existencia en el horror, aceptar la imposibilidad de cambiar ese entorno y ser tan lúcido y flexible como para cambiarse a sí mismo y sobrevivir, estoy convencida que nosotros podemos afrontar las crisis, superar los inconvenientes y mutar.

Subyace en cada directivo la posibilidad de reinventarse, de volver a empezar, de superar sus limitaciones, de transformarse.
Trabajar sobre nuestras creencias, analizarlas, descartar aquellas que nos limitan es el reto.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena Liliana. Mestizaje inteligente, sensibilidad y conocimiento.
    Todo un lujo que disfrutaré despacio como el buen vino.
    Estoy impaciente por seguir saboreándolo.

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  2. Enhorabuena Liliana.
    Mestizaje inteligente, sensibilidad y conocimiento.
    Disfrutaré tu blog despacio como el buen vino.

    Ya estoy impaciente por seguir saboreándolo.

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