Desde pequeños podemos descubrir aquello que nos hace felices mientras lo ejecutamos, lo que nos atrae más y lo que nos "sale mejor". Sin embargo suele ocurrir que el afán educativo de quienes nos rodean impide el descubrimiento genuino, sencillo, espontáneo. Con el paso del tiempo, ya adultos, debemos esforzarnos para escuchar y satisfacer a nuestro "yo", amordazado desde el principio de nuestros tiempos.
La motivación será el motor fundamental para cultivar nuestro talento, ese con el cual hemos nacido, digno de ser desarrollado y no desperdiciado. Tal como expresa George Lucas:
"Todo el mundo tiene talento, es sólo cuestión de moverse hasta
descubrirlo"
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