Leonardo Da Vinci ha sido, sin lugar
a dudas, uno de los personajes más prestigiosos de la historia. A lo largo
de su vida estudió diversas carreras, practicó las artes preferidas y todas sus
acciones le proporcionaron realización, honores y gloria.
“Sin duda el humano más
curioso que jamás haya vivido. No aceptaría un SI por respuesta” – Kenneth
Clark sobre Leonardo Da Vinci
De su intensa productividad
rescato hoy los muy conocidos Siete principios, que parecieran expresar la
fórmula del éxito, según los valores que Leonardo aplicó en su propia vida.
El primero de los Siete
Principios de Da Vinci, es precisamente, la curiosidad por la vida y búsqueda
permanente por el aprendizaje continuo.
Y de este tema deseo hablar
en esta oportunidad.
“Curiosidad:
Impulso humano que oscila entre lo grosero y lo sublime. Lleva a escuchar
detrás de las puertas o a descubrir América” - J M Eça de Queiroz
La curiosidad es una
emoción interna y motivacional que varía en intensidad según los individuos y
las situaciones, por supuesto.
Según Beswick (1971), un
individuo con un alto grado de curiosidad reacciona intensamente y busca
suscitar situaciones excitantes.
Ser curioso facilita el
comportamiento exploratorio, nos activa vivamente para resolver las incógnitas,
nos estimula provocando una verdadera motivación intrínseca, provocando el
entusiasmo por saber, por aprender, por experimentar
¿Qué otra cosa más que la
curiosidad nos motiva a abrir un libro, ver una película, viajar a lugares nuevos?
Esa forma positiva de la
curiosidad es la base del aprendizaje, es la motivación interna para generar
cambios cognitivos, físicos, espirituales.
Las preguntas suelen ser la
llave que despierta nuestro entusiasmo por saber más, por descubrir, por
desvelar esas incógnitas planteadas, quizás llevando a cada uno a un “estado de
curiosidad”, en el cual se enciende la pasión por hallar respuestas, el júbilo
por desentrañar enigmas, y como todo en la vida es factible de ser descubierto,
pareciera ser nuevo a los ojos del curioso cada hallazgo, cada cambio de
situación y este sentimiento gozoso se alimenta a sí mismo, ya que se despierta
en el ser humano la sed por descubrir.
Como coaches, verdaderos
rastreadores, tenemos la oportunidad de acompañar a nuestros coachees a través
de las preguntas a despertar la curiosidad por conocerse a sí mismo, por
explorar sus metas de vida, rastrear sus creencias ocultas y por buscar su
futuro.
Lograr que cada día tengan
más curiosidad por la vida y una búsqueda permanente por el aprendizaje continuo, hará de cada uno de ellos un verdadero Da Vinci.
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