domingo, 27 de noviembre de 2011

Cumplir nuestros sueños



 A través del lenguaje podemos diferenciar el significado de las expresiones tan claramente que esta distinción  afectará el resultado, la acción.
Cuando hablamos de tener un sueño, por ejemplo, nos evoca lo onírico, lo relaciona con lo imposible o lo irreal. Decimos de alguien que es un soñador, como opuesto a realista.
Solemos preguntar...-¿Es que estás soñando? cuando una propuesta nos resulta absurda.
"Los sueños sueños son", es la profecía de lo que nunca podrá cumplirse.
Hay un concepto de etéreo que pareciera rodear  todo lo vinculado a la palabra sueño, al expresarlo solemos dibujar una sonrisa o una mirada dulce, saboreando el deseo inalcanzable.
Conrado Nalé Roxlo, eximio poeta argentino ha escrito:

"Carpintero, haz un féretro pequeño
de madera olorosa,
se nos ha muerto un sueño,
algo que era entre el pájaro y la rosa.
Fue su vida exterior tan imprecisa
que sólo se lo vio cuando asomaba
al trémulo perfil de una sonrisa
o al tono de la voz que lo nombraba..."

La distinción que puede salvar a nuestros sueños, está en el lenguaje, apliquemos el término "visión" y automáticamente se relaciona con el futuro, con la posibilidad, la realización.
Si hacemos de cada sueño una visión, podremos hacerlo realidad a través de la ejecución de un plan de acción que nos permita llegar a su cumplimiento.
Los sueños se convierten en visión para ser cumplidos y con esta mínima distinción del lenguaje comenzamos ya a subir los peldaños del logro.










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