“¿Quién es en realidad el hombre?
Es el ser que siempre decide lo que es”.
Víctor Frankl
Inspirada frase de
quien siendo médico psiquiatra debió pasar duros años de su vida internado en
Auschwitz, campo de concentración nazi.
Él transmite a lo
largo de pudorosas páginas de su libro “En busca del sentido” la fuerza, la lucha de cada ser humano prisionero allí adentro,
despojado hasta de la humanidad, sin derechos, humillado, mancillado, llevado
al límite más absoluto y sin embargo
manteniendo una actitud interior, la que da sentido a la vida, la que ningún
déspota puede vencer, la innata condición del ser humano: La libertad de ser,
sentir y pensar, allí en lo más recóndito de su espíritu, donde no alcanzan los
opresores.
A esa clase de
libertad hace referencia quien ha podido sobrevivir al holocausto, superarlo,
trascender para contarlo y aplicar todo lo observado y aprendido en el
cautiverio en bien de la humanidad.
Esa es la clase de
libertad intrínseca, que no se daña por la posibilidad de elección, el espectro
variado sólo la engrandece, él pudo elegir sucumbir, allí adentro, como la gran mayoría, en una
comprensible entrega al no poder soportar más sufrimientos.
Habiendo salido
también pudo elegir ser una víctima eterna, dando pena y sólo eso, pena. Pero
optó por la circunspección de las palabras y el recato en la referencia a sí
mismo.
Otras muchas opciones se habrán presentado en su vida, y seguramente usó de su libertad de
elección, para decidir ser el hombre que es.
En el diario vivir,
la libertad alienta en nuestro interior y nos lleva a decidir quiénes somos, es
maravilloso tomar conciencia de esta posibilidad infinita.
Somos responsables
de nuestras decisiones y somos libres de cambiarlas tantas veces como lo
creamos necesario.
No aceptemos
mansamente los límites, somos libres para superarlos.
Nelson Mandela se
abrazó a su poema Invictus, en el real ejercicio de su libertad interior, para
sobrevivir a su largo cautiverio:
"Doy
gracias al Dios que fuere por mi alma inconquistable, soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma"
Y también nosotros, día a día, somos los capitanes de nuestras almas, libres para decidir quienes somos.
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