Por ejemplo ciertas características de la personalidad pueden medirse, compararse y valorarse a pesar de ser aparentemente inmateriales, son mal llamadas intangibles, pues sí que se pueden tocar.
La generosidad puede servirnos como modelo de dicha idea, ¿cuán generoso es alguien en su diaria labor?; ¿acostumbramos a medirlo?; ¿Notamos cuánto añade al bienestar diario para poder adjudicarle un valor económico?; ¿lo comparamos con sus pares?; ¿podemos medir la satisfacción que ello produce en clientes, colaboradores, etc?
Vayamos más allá aún, ¿cuán generosa es una institución o empresa con sus proveedores o asociados?¿Con sus trabajadores? ¿Y con sus clientes? ¿Disfruta del win-win o propulsa el win solamente? ¿Cuál es su valor real?
¿Cómo me valoro?¿Cuánto vale mi tiempo? ¿Cuánto estoy dispuesto a ceder? ¿Cuán generoso soy conmigo?
Retomando el tema de "validar" me pregunto en cuántas ocasiones nos ponemos en valor a nosotros mismos, a nuestros compañeros de ruta o a las instituciones a las cuales estamos ligados de una u otra forma.
¿Nos sentimos valorados por los demás? ¿Nos valoramos nosotros mismos?
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