En el blog anterior hablábamos de amarnos con los ojos abiertos para poder dar el paso de oruga a mariposa y en este post de hoy me gusta reflexionar sobre el hecho que solamente desde mi seguridad, mi paz interior, mi verdadero sentimiento de satisfacción conmigo mismo podré darte amor, amar a los demás, como sinónimo de compasión, de aceptar al otro con sus defectos y sus virtudes, quizás sea la forma más genuina del amor
La importancia de haber afrontado este proceso en nosotros mismos radica en que solamente podemos aprender de aquello que hemos experimentado, si pasamos el trance de convertirnos en mariposas únicas, irrepetibles y dignas de ser amadas podremos aplicar ese aprendizaje a los demás.
Hoy, día de los enamorados, comencemos a enamorarnos de nosotros mismos para poder "dar amor".
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